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SU 2º ALBUN OFICIAL Y QUIZA SU MEJOR ALBUN..!! BESTIALES TEMAS .... 1ª EDIC ORG, SOLIDA Y DOBLE CARPETA SIN CODIGOS DE BARRA, 1º PRESS, 1º LABEL EPIC NARANJA !! Free-For-All es el segundo disco de estudio del guitarrista estadounidense Ted Nugent, y el primero de su discografía en lograr certificación de platino.1 Al inicio de las grabaciones el vocalista Derek St. Holmes abandonó la banda citando diferencias personales con Nugent. Debido a la salida impensada de St. Holmes, el productor Tom Werman contrató al cantante Meat Loaf para reemplazarlo, el cual cantó en seis canciones del disco.
1976
18,00€
Double Live Gonzo
2LPS, Classic Rock First Press !! killer guitar !!!!
mucha atencion a esta monumento del hard rock..que sigue siendo uno de los mas logrados y excitantes directos de los 70`s ...genio y figura...de este curioso personaje con aura de y leyenda de cazador salvaje.. grabado en su mejor epoca con su mejor banda..derek st. holmes,cliff davis y rod grange le acompañan. rara 1ª edic CON LA DOBLE CARPETA SIN CODIGOS DE BARRA, TODO EN EXC CONDICION ! Double Live Gonzo” es tierra, es agua, es pasión, es aire y es fuego. Es la canalización, en la dirección adecuada, de la hiperactividad de una fiera que está por encima de cualquier análisis. Las razones por las cuales un músico puede llegar a carecer del reconocimiento que se merece son múltiples, variables y, muchas veces, incomprensibles para quienes conocen su trayectoria. En lo personal, creo que el caso de Ted Nugent es uno de los más emblemáticos dentro del hard rock. Para muchos debe ser un nombre absolutamente desconocido; o simplemente, el nombre de alguien que no exhibe alguna razón para ser citado en estas páginas. Y este último argumento puede ser válido si nos ceñimos a un análisis estrictamente estilista musical. El powermetal no es el fuerte de Nugent, tampoco el heavy proveniente de la NWOBHM ni sus descendientes, sin embargo, hasta la aparición de su álbum Scream Dream, de 1980, era uno de los más desenfrenados exponentes del rock norteamericano, justificando plenamente hasta ese momento el apelativo de "la guitarra más rápida del oeste", sobrenombre dado por su innegable habilidad con las seis cuerdas, por su pasión por la cacería y por la mezcla entre vaquero, pendenciero e indomable nativo de las praderas que transmitía tanto en sus atuendos como en la lírica, o por lo menos en el título, de algunas de sus mejores composiciones de sus primeros años. Esto es algo que Ted hizo renacer en sus últimos dos trabajos: Spirit Of The Wild, 1995 y Craveman, de 2002. Pero vamos por partes. No pretendo hacer una biografía de este guitarrista, sino hablar del disco que, por lo menos para mí, representa el punto más alto de su carrera, aunque no se trate una grabación en estudio. Hablo del primero de sus trabajos oficiales en vivo, de la placa doble titulada Double Live Gonzo!, del año 1978. Pero antes de entrar de lleno a ésta, me parece importante decir, en pocas líneas, quién es Ted Nugent y qué ha hecho en el mundo del rock. De partida, es una verdadera leyenda del hard americano, un mito que comenzó a forjarse en el año 1967, al hacer su debut discográfico como miembro de la banda Amboy Dukes, con la cual trabajó hasta 1975, cuando ya, y gracias a su gran aporte, había cambiado su nombre al de Ted Nugent & The Amboy Dukes. Con este conjunto grabó 8 discos. Ese mismo año, 1975, decidió que ya había aprendido lo suficiente e inicia una larga carrera como solista, en la cual encontramos 13 grabaciones, sin contar las recopilaciones, grandes éxitos ni conciertos. Esta carrera se ve interrumpida brevemente entre 1990 y 1992, cuando junto a Tommy Shaw, el vocalista de Styx, forma Damn Yankees, el que se suponía sería uno de los mejores grupos "híbridos" del rock de los noventa. Híbrido por la diferencia en las raíces de sus miembros, todos de una gran reputación en cada uno de sus estilos de origen. Esta agrupación sólo nos dejó dos grabaciones. Luego de esta breve interrupción, retomó su carrera en solitario, dando prioridad a ser un permanente invitado a largas giras de conjuntos tan diferentes como ZZ Top y Skid Row, Kiss y Megadeth. 37 grabaciones, 3 bandas, una forma interpretativa flexible -además de impecable-, presencia escénica, fuerza liberada a raudales, una técnica innegable, una voz singular y una gran habilidad para permanecer activo dentro de la escena del hard rock, a pesar de los cambios estéticos y musicales que éste ha vivido con el paso de los años, hacen de Ted Nugent un músico que, si bien no todos considerarán una súper estrella, es un astro que brilla con luz propia y que se ha ganado el respeto de muchos fanáticos durante más de treinta años. Sin embargo, es muy factible que esa misma versatilidad haya conspirado en su contra para ser reconocido con mayor propiedad dentro del ámbito más pesado de la música. Antes de iniciar sus actividades como solista se mantuvo dentro de un estilo bastante definido, el cual estaba dado por las directrices de Amboy Dukes, luego, desató toda su locura y llegó a ser un verdadero icono del rock norteamericano, en él se representaban la crudeza, la simpleza y el espíritu que los músicos del país del norte trataban de conquistar como un terreno sagrado. Y así fue hasta la aparición del disco que revisaremos en esta ocasión. Luego de éste, vinieron otros buenos trabajos, como Weekend Warriors, State of Schock y Scream Dream. Este lp es otro de los grandes hitos en su historia y pareció darle un nuevo impulso hacia una existencia más ligada al heavy, pero su siguiente entrega, titulada simplemente Nugent, fue un cambio radical en su discografía. Con esa producción comenzó una serie de experimentos que lo alejaron demasiado del contexto rockero con que él se presentó al mundo. Luego vino la época con Damn Yankees y posteriormente, cayó en un vacío creativo, hasta 1995 y 2002, con discos, especialmente Craveman, donde recupera gran parte del espíritu que lo hizo conocido en sus inicios como solista. La verdad es que yo no supe del trabajo de Ted Nugent hasta el año 1980, después de las vacaciones de verano. Ese año, al igual que durante todas las temporadas estivales, llevé conmigo las últimas adquisiciones en vinilo con el único propósito de compartirlas con mis amigos. Claro, como buen fanático, llevé la más reciente producción de Kiss, Unmasked, que defendía a brazo partido, aunque supiera que correspondía al trabajo más comercial y menos pesado de los pintarrajeados. Así, uno de mis compinches, se rió de lo "bajo que había caído una banda tan buena como Kiss", y me prometió que cuando nos juntáramos de nuevo en Santiago me mostraría a un guitarrista que sí estaba haciendo rock de verdad y que no se había vendido a la industria. Tuve que esperar dos meses, pero valió la pena. Jaime, sólo un alcance de nombre con mi colega de esta página, me llevó dos trabajos de un hasta entonces desconocido, por lo menos para mí, Ted Nugent, y la verdad es que me impresionó mucho. Hasta envidiaba que mis ídolos se hubiesen apartado de una música tan potente y con tanta fuerza como la que estaba registrada en Ted Nugent y Cat Scratch Fever. Tanto me gustó el trabajo de Nugent que pasó muy poco tiempo antes de comprar el primer lp de este nuevo nombre que se agregaba a mi lista de favoritos. Y tuve la fortuna de adquirir el Double Live Gonzo! Desde el primer surco de esta grabación doble se siente fluir la energía por todas partes. Es como una avalancha de rock y decibeles que se vienen encima de uno y no hay nada que la pueda detener. Es un inicio simple, sin introducciones, sin grandes presentaciones. Tal como se dice, "directo al hueso". Basta oír la primera canción para entender que no se trata de una presentación muy elaborada. Sólo la banda y el público, con un puente mágico que se basa en dos pilares: la fuerza interpretativa de Ted y la sensación de éxtasis que se puede "ver" a través de la música. Es fácil imaginar un espectáculo desordenado, donde lo estético no tiene tanta importancia como la sucesión de buenos temas, donde la parafernalia queda relegada en beneficio de la entrega total de quienes están sobre el escenario. En definitiva, un concierto a la antigua, al más puro estilo rebelde y callejero; sin mayores adornos que la música. El álbum en sí no es una grabación de una noche, sino una muestra de una larga gira realizada al interior de Estados unidos entre mediados de 1976 y fines de 1977. Esto podría ser apenas un dato estadístico más, pero al oír el resultado, se puede sentir cómo en todas y cada una de las presentaciones registradas, el entusiasmo era el mismo. Esto, condimentado con un sonido mucho menos elaborado al que estamos acostumbrados hoy en día, hace que el espíritu del Double Live Gonzo! sea perfectamente reflejado por un concepto inglés que no se utiliza mucho en nuestro idioma: Raw. La traducción, o interpretación de este término es "crudo", "en bruto", "sin madurar". Y al escucharlo, esa sensación se traspasa fácilmente a través de la piel. Cada riff, cada corte, incluso cada largo y veloz diálogo de Ted con la audiencia -no sé si habla más rápido de lo que toca-, logran electrificar el ambiente y transportar a un lugar del pasado, un lugar donde el concepto de rock era distinto al de hoy, en un mundo donde eran inimaginables las baterías programadas, los interminables arsenales de efectos puestos en pedaleras y todas las sofisticaciones auditivas que se manejan desde mesas gigantes con más pistas que instrumentos. Las cosas se hacían más a pulso, dejando que incluso quedaran registrados algunos fallos en el sonido o en la interpretación. Pero todo eso hacía permitía que la música grabada en un recital tuviese otro carisma. No digo que fueran mejores o peores que los de hoy, simplemente eran distintos, eran otra cosa. Se esperaba con tanta o más ansía la aparición de un disco en vivo que la de uno en estudio. Y en este caso, se trata de una placa que captó perfectamente toda la locura de una pequeña banda que revolucionó la música de ambas costas de los Estados Unidos, algo que no era tan simple, pensando que las diferencias musicales en un territorio tan vasto como el norteamericano suelen ser muy grandes. Pero la habilidad de Ted Nugent hizo enorgullecer a todo el territorio más relacionado con el "salvaje oeste". Double Live comienza con una de las mejores composiciones de los tres primeros trabajos de Ted como solista. Se trata de Just What The Doctor Ordered, una muestra absolutamente representativa del estilo que desarrolló Nugent. Una versión casi 2 minutos más larga que la original, publicada en su álbum homónimo, del año 1975. Es rock puro o puro rock, en este caso la diferencia semántica casi no importa. Cualquiera que tenga la posibilidad de oír esta grabación entenderá a qué me refiero. Lo que sí debemos rescatar es que a través de los poco más de 5 minutos que dura la canción, se desborda un agresivo espíritu, proveniente de una guitarra creada por los dioses e interpretada por un mortal que no supo o no pudo inmortalizarse en la memoria colectiva del heavy. Yank Me, Crank Me, baja un poco las revoluciones y nos lleva a un punto más tranquilo de esta serie de conciertos registrados en una placa doble. Tal vez podríamos hablar de un estilo más ligado al blues, al menos en la rítmica, la que no deja de ser típica del rock and roll, pero con cierto tintes bluseros. Luego se desata uno de los puntos más altos de Double Live Gonzo!, justamente el tema que aparece en el título del trabajo: Gonzo. Son apenas cuatro minutos, pero en cada segundo se siente cómo Ted se desangra a través de las cuerdas de su instrumento, cómo se entrega por completo al espíritu salvaje y desbocado del estrellato. Queda claro que tanto Nugent como el resto de la banda que lo acompaña (Cliff Davies, batería; Derek St, Holmes, guitarra rítmica y Rob Grange, bajo), con quienes había trabajado desde la aparición de la primera producción solista, tienen muy claro que uno de los factores más importantes de la música heavy, hard rock, heavy metal o cualquiera de sus múltiples variaciones, es la actitud, la honestidad y la convicción. Todo esto se respira en la interpretación de Gonzo, no solamente a través de la musicalización simple pero directa, sino también por medio de los destemplados gritos que son utilizados como recurso de comunicación con el público. Obviamente todo esto se presenta a lo largo de los dos discos, pero es en Gonzo donde comienza el anticipo de la tromba final. Como dato anecdótico, Yank Me, Crack Me y Gonzo, son los únicos dos títulos de esta grabación que no se encuentran en estudio dentro de la discografía oficial de Nugent. Literalmente, sin cortes ni pausas, se viene encima Baby, Please Don't Go, una versión muy pesada del tema que hiciera famoso Big Joe Williams en los albores del rock and roll. Nugent hizo de este tema parte obligada de su repertorio desde que grabó el cover en el álbum debut de Amboy Dukes, en el año 1967. Aquí, Ted comienza a deleitarnos con una variedad de recursos sobre el puente de su guitarra que son realmente gratos de escuchar. La versatilidad comienza a ser algo más que una palabra del diccionario. Es una de las formas en que se puede entender la música y la forma de interpretarla. Aquí termina la primera parte del disco 1 del Double Live Gonzo! Los surcos se llenan a partir de ahora con otra historia. Esto es mucho más entretenido al recordar cómo había que dar vuelta el vinilo y encontrarse al segundo lado del mismo con apenas dos canciones. Estas son Great White Buffalo e Hibernation. Dos joyas sacadas de la última época con Amboy Dukes, sacadas de su grabación final, Tooth, Fang & Claws. La primera es una referencia a las masacres de búfalos realizadas en las praderas del lejano oeste, a lo que aquello significó para los indios y como finalmente el Gran Espíritu del Búfalo Blanco, se impone sobre la ignorancia y crueldad de los invasores blancos. Musicalmente es una mezcla de rock y música country, especialmente, en los sonidos que emanan de las guitarras de Ted y Derek. No es una entrega de esas llenas de velocidad y riffs endemoniados, al revés, podríamos decir que es más bien lenta y con un trabajo en que la velocidad fue claramente sacrificada en favor de la calidad, la flexibilidad y la magia. De todas formas, es puro rock, o hard rock al más puro estilo norteamericano. Hibernation está dividida en tres partes: la primera de ellas, un diálogo entre Nugent y la audiencia, haciendo referencia al origen de su guitarra y sus aventuras. Cuesta seguir el diálogo, ya que aquí queda claro que puede hablar tan rápido como desliza sus dedos en los trastes de la guitarra. Además de que Ted no se caracteriza por hacer declaraciones "blancas" que sean políticamente correctas. Literalmente, dispara tanta energía con la guitarra como con la lengua. Este diálogo dura cerca de dos minutos, mientras algunos sonidos escapan del instrumento. Luego, vienen tres minutos, más o menos, donde se oye despertar el alma de la guitarra. Caótico, desordenado, impulsivo, doloroso... Como todo parto. Parece que la guitarra realmente estuviese pariendo notas y melodías. Es un lapso de tiempo mágico, de traspaso del alma de un hombre al alma de un instrumento y la perfecta conjunción de ambas. La tercera parte, es la composición en sí, que se extiende por más de diez minutos. Una joya instrumental que recoge todos los conceptos de la música americana. Es un paseo por ritmos, arpegios, sonidos y estilos que son característicos no sólo de Ted, sino también de muchas bandas que dejaron gravado su nombre en la historia del rock. Nuevamente estamos en presencia de un trabajo donde la potencia se rinde ante la sutileza, donde la velocidad se apacigua ante la convicción, donde la fuerza rinde culto al alma. Simplemente, oír Hibernation es una muy buena razón para pensar que estamos en presencia de un grande de las seis cuerdas. No un genio creativo como muchos otros nombres, pero sí de un músico que logra que su guitarra hable el lenguaje más simple de todos: el de una honesta convicción por la pasión hacia el rock. El segundo disco es diferente. Stormtroopin y Stranglehold -ambos sacados de Ted Nugent- usan la primera cara del mismo. Wang Dang Sweet Poontang, Cat Scratch Fever y Motor City Madhhouse rellenan la segunda. De estos últimos tres, sólo Motor City Madhouse nos lleva al primer trabajo. Wang Dang Sweet Poontang y Cat Scratch Fever están sacados de la producción llamada de la misma forma, Cat Scratch Fever, y que corresponde a la tercera entrega solista de Nugent. Los recursos usados en los dos primeros cortes son similares a los expuestos en la placa anterior; diálogos desenfrenados y casi inteligibles, muchos gritos, y solos ejecutados con maestría. Stormtroopin es mucho más pesada como composición que las del primer cd, y nos presenta una voz nueva alternada con la de Nugent. Stranglehold es la más cadenciosa de las entregas del Double Live Gonzo! Es mucho más "ácida" que todas las restantes piezas de este concierto. Eso sí, durante los 11:11 minutos de duración, el despliegue de habilidades de ambos guitarristas es simplemente impecable, lo mismo pasa con el bajo. Wang Dang Sweet Poontang vuelve a ser una competencia de habilidades particulares de Ted, una competencia entre la ráfaga de palabras que usa para introducir el tema y los riffs que realiza desde la mitad del mismo hasta su final. Cat Scrath Fever baja nuevamente las revoluciones y deja el ambiente para la muestra final, para la entrega de Motor City Madhouse. Es el final perfecto para un trabajo fuera de serie, y esto no es porque a mí me guste mucho esta grabación, sino también porque es muy difícil encontrar un recuento de los mejores discos en vivo de la historia del rock en la que no aparezca este cd... y eso debe ser por algo. Antes de finalizar esta revisión, hay que decir que Motor City Madhouse es el mejor cierre para esta última tríada de canciones. Es la más rápida, la más desenfrenada. Es Una de las composiciones que nos hizo soñar mucho tiempo con un Ted Nugent incrustado permanentemente entre los grandes del rock pesado. Lamentablemente, esto no fue así, y si bien luego de Double Live Gonzo! vino una extensa colección de trabajos, muchos de los mismos se alejaron profundamente del espíritu de este álbum. También hubo algunos excelentes, como Scream Dream, pero que no ratificaron todo el poder, la fuerza y la pasión con que fue grabado el Double Live Gonzo! Finalmente, la historia de Ted Nugent oscila entre grandes aciertos y fracasos, pero de todas maneras es un nombre que debemos considerar al momento de recordar el pasado del heavy, y la mejor forma de hacerlo, es escuchando este trabajo. En él quedó plasmado el espíritu y la garra de este músico que no es necesariamente uno de los más conocidos del rock, al menos no en Chile, pero sí, uno de los más honestos, descarriados y rebelde de sus hijos.
1978
24,00€
penetrator
ORG. EDIT. + ENCARTE !! GREAT COPY !
COMPLETA 1ª EDIC ORG + ENCARTE, TODO EN IMPECABLE ESTADO !!! Ted Nugent es sin duda uno de los grandes guitarristas de hard rock de la historia. Su estilo a la guitarra, deudor de Jimi Hendrix, Jimmy Page y los grandes guitarrista negros del rock y blues sureño, fusiona además country y soul en un explosivo cóctel puramente personal en 1984, mostrando una renovada y brillante personalidad de pelo largo complementada con una increíble técnica de guitarra grande y musculosa que contenía lo mejor de lo mejor, de todos los trucos y licks (en la línea de Eddie Van Halen) que le dieron sustancia y potencia a todo el movimiento rock de los ochenta. Así que Ted Nugent no fue una excepción en esta evolución: una nueva era había comenzado. La carátula fue diseñada por el artista peruano Boris Vallejo, quien también diseñó la portada del disco The Ultimate Sin de Ozzy Osbourne.
1984
14,99€